Convierte un libro en una caja de seguridad fácilmente
Con el aumento de robos también ha crecido el ingenio de los ciudadanos a la hora de guardar esas pequeñas cantidades de dinero, documentos o joyas que tienen en sus viviendas. Por este motivo, cada vez prolifera más la existencia de cajas fuertes en los domicilios y en los negocios.
Existen muchos modelos de cajas fuertes, dependiendo de nuestras necesidades, desde cajas empotrables (en el suelo o la pared), hasta cajas de superficie o de sobreponer (no necesitan obra), con combinaciones mecánicas o electrónicas, específicas para armas… Asimismo, también existen tres niveles de seguridad: básico, intermedio y alto.
Uno de los objetivos de una caja fuerte es que los ladrones no puedan encontrarlas, lo que parece cada vez más difícil, especialmente si el delincuente tiene gran experiencia en robos. Por ello algunas personas deciden invertir menos en cajas fuertes sofisticadas y se apuntan, en cambio, al ingenio. Algunas cajas fuertes tienen formas insospechadas, como un reloj de pared, una estantería o un libro para pasar desapercibidas ante los ojos de los amantes de lo ajeno. Pero en ocasiones no es necesario compararlas. Nosotros mismos podemos hacer una caja de seguridad en casa dentro de un libro para guardar pequeños objetos, como joyas o dinero.
Para realizar este trabajo, lo primero que deberemos hacer es elegir un par de libros de la misma altura y más bien gruesos. Dos tomos de una colección de enciclopedias o el Quijote dividido en dos partes pueden resultar perfectos. Es conveniente que los libros tengan la misma altura, ya que los pegaremos para hacer nuestra caja fuerte un poco más amplia. Lo mejor es escoger libros viejos y usados, y que tengan tapas duras de cuero o elaboradas con un cartón rígido. Como ya sabes, somos expertos en cajas fuertes.
Cogeremos una regla y un lápiz y trazaremos unos márgenes dentro del libro, que nos servirán como guías para establecer el tamaño del habitáculo de la caja de seguridad. Podemos decidir si hacer los márgenes más anchos o más estrechos, pero lo habitual es que exista un centímetro aproximadamente entre la esquina del libro y el corte.
Con la ayuda de un cúter comenzaremos a cortar las páginas del libro, vaciándolo y teniendo en cuenta la marca que hemos trazado con el lápiz. Debemos apuntar las dimensiones del corte porque tendremos que repetirlas en el segundo libro, que deberá ser idéntico. Con el cúter también debemos vaciar la contraportada del primer libro y la portada del segundo libro.
Una vez hemos vaciado de páginas los libros, salvo los bordes, echamos un pegamento líquido resistente en la contraportada de uno de los libros y la portada del otro y los unimos. Los pondremos a secar con un peso encima, para que el pegamento actúe y queden completamente pegados.
Para fijar el habitáculo de nuestra improvisada caja de seguridad, es decir, la zona interior de la caja elaborada con los dos libros, usaremos pegamento en cola. También debe ser fijada la zona exterior, para que no se abra la caja al sacarla y también la zona interna del lomo para fijar las páginas.
Una vez hemos aplicado el pegamento debemos dejar reposar los libros hasta que se sequen. Si transcurridas unas horas observamos que no se han pegado bien, volveremos a repetir la operación, repasando de pegamento la caja hecha con los libros. A continuación sólo debemos guardar el material que queremos esconder y proceder a transportar los libros manipulados en forma de caja fuerte a la estantería, donde permanecerán rodeados de otros libros.
Este sistema no es incompatible con tener otras cajas fuertes en el hogar. Si éstas nos causan algún problema, como que la cerradura se atasca, o bien hemos olvidado la combinación que abre la caja fuerte, un cerrajero como los que tenemos en Mahico Asistencia puede ayudarnos.